sábado, 7 de noviembre de 2015

SE ACABARON LAS ELITES

"Todo el mundo ya puede ser él mismo. Eso es internet. Eso es la tecnología. Todo está al alcance de todos. Cualquiera puede ser "alguien" en el horizonte general y comunicar sus deseos, sus rutinas y comportamientos. Se rompen las barreras. Al igual que el teléfono, la radio, la televisión y los inventos anteriores, los avances informáticos crean un universo donde nadie es más que nadie. Rompe el status quo de las elites y mina los cimientos del poder basado en el dominio exterior. Aunque, evidentemente, crea otros grupos de poder, las grandes empresas de comunicación y expresión teconlógica, los grandes operadores. En cualquier caso, en todas las manifestaciones humanas hay un nuevo panorama. Un panorama en el que los individuos diferentes ya no son tan diferentes o, si lo son, lo son por oposición a todo lo que le rodea, aliena, y absorbe. Se crean y se educan individuos más capaces y más rápidos, con mayor capacidad tecnológica, pero también menos humanistas. Los técnicos sustituiran a los pensadores. Y el mundo seguirá una espiral en la que los que no pueden volar con el pensamiento propio volarán con el pensamiento ajeno" 
( David Nihalat )

1 comentario:

Emilio Porta dijo...


Amo el progreso. Pero no todas sus consecuencias. La esencia del ser humano, la lucha entre el bien y el mal, la creación y la destrucción, la tesis y la antítesis no cambia. Pero si cambian la cultura y el desarrollo de las sociedades. La tecnología es un bien. Su utilización, en algunos sectores, un gran avance. La generalidad del desarrollo permite facilitar la instrucción, la educación, la mejora indudable de muchos elementos necesarios para la vida. Somos más, millones de seres humanos - no del todo humanos, pero démosle la acepción genérica - con mayores necesidades en todos los órdenes. La tecnología ayuda a facilitar la existencia, las comunicaciones, une y acerca... pero también separa. En cualquier caso lo evidente es que democratiza los grupos sociales y elimina diferencias en un sentido, aunque las crea en otros. Hoy, en las sociedades occidentales, los individuos tienen cada vez mayor espacio de actuación. Pero también menos espacio de diferenciación. No sé muy bien a que carta quedarme algunas veces... aunque yo tenga la suerte de poder seguir jugando mi propia partida. Cada vez más personal, menos social, menos de elite. Nada que no quisiera cuando empezaba a mirar el mundo que me rodeaba, ese mundo que deseaba más justo, más solidario, con menos privilegios, mejor. En eso se ha ganado. Aunque en algunos aspectos de la cultura y el Humanismo profundo se empiece a perder.