miércoles, 22 de mayo de 2013

 

"Más importante que saber lo que nos falta es saber lo que nos sobra"

domingo, 5 de mayo de 2013

NARANJAS Y MANZANAS

Escucha a tu cuerpo. Forma una unidad indisoluble con el alma. Él sabe mejor que nadie lo que nos conviene. La salud es una cuestión física y mental. Si el cuerpo nos pide una naranja o una manzana, es bueno para él. Si el cuerpo nos pide extendernos, es bueno para él. Si nos pide contraernos, también. Y movernos, y caminar, y reposar. A veces la mirada quiere ir más allá de la necesidad. Y el deseo se superpone a la estructura. Pero él sabe, el cuerpo sabe.
Lo primero que nos dice el cuerpo es que, si no respira, se muere. Y se muere junto al alma, pese a los intentos de convencernos de que el alma flota sin el cuerpo. El alma flota pero, cuando lo hace, es siempre con el cuerpo. Es así. De modo que hay que darle al alma lo que es del alma y a su suporte lo que de su soporte es. Saberlo y no olvidarlo. 
Hoy he visto como las plantas de mi terraza estaban a punto de morir. Había olvidado que necesitan agua. Espero haber corregido el descuido. Porque las plantas bajan las hojas y la guardia solo para avisar. La falta de alimento y atención las deja sin vida. 
También hoy he retocado mi relación con algunas cosas aparentemente, solo aparentemente, inanimadas. Y las he colocado bien, las he ordenado un poco. Tengo el espacio exterior de este aprendiz de monasterio demasiado lleno de  cosas. Y pasa lo mismo: el espacio exterior no es más que una proyección del espacio interior. 
Cuando quieres caminar mucho no te das cuenta de que no puedes hacerlo si las maletas están llenas y pesan. Hay que dejar alguna ropa en el armario, llevar solo lo necesario para el día. Aunque ese día, como yo deseo casi siempre, sea todo el transcurso, la corta y larga trayectoria de la existencia.
Amo las fotos porque no pesan. Y acompañan, empujan, son esos lugares que hacen  presentes los momentos que parecen perdidos. Cerrar los ojos con la mirada abierta sobre ellas es un maravilloso modo de entender los momentos que conforman nuestra existencia. Y guardarlos es como guardar esta nota escrita que, al fin y al cabo, como casi todo lo que apuntamos y escribimos, trata de naranjas y manzanas para el espíritu.